Niños prodigio ha habido y hay en el mundo del cine, la música, el deporte, hasta en los toros, y ya tardaban en llegar a un sector sometido, entre otras, a la dictadura de la juventud: la moda. Primero fueron modelos como Lindsey Wilson, que empezó a desfilar con 12 años y ha sido imagen de Miu Miu con 15. Después, la bloguera Tavi Gevinson, que con solo 13 años ocupa la primera fila en los desfiles de alta costura de Dior y ha protagonizado una portada de la revista Pop diseñada por Damien Hirst. Y ahora comienzan a surgir -y a captar la atención de los medios- diseñadores a los que todavía no permiten usar en el colegio tijeras con punta.
La ropa de Cassini, que tiene 11 años, ya aparece en las revistas influyentes
Es el caso de Damien Finch, un neoyorquino de 12 años que con su primera colección consiguió una reseña en Men.style.com, uno de los portales de moda masculina más prestigiosos y visitados del mundo. O Cecilia Cassini, una californiana de 11 que ya tiene su propia tienda online y cuyas creaciones han aparecido en revistas tan influyentes como Vogue o Grazia. La niña, que lleva un año como diseñadora profesional, explica a través de un correo electrónico que lo único que pretende es perseguir sus sueños: "Me regalaron una máquina de coser cuando tenía seis años y ahí empezó mi afición por el diseño. No me lo tomo en absoluto como un trabajo. Es mi pasión, como la de otros niños es jugar al fútbol o el ballet". Solo que la mayoría de estos niños no hacen de su hobby un negocio.
Cassini asegura que sus padres toman todas las decisiones económicas y relacionadas con la producción y distribución de sus colecciones. Su única responsabilidad, dice, es organizarse, "sacar buenas notas y encontrar el tiempo para seguir diseñando".
A la rusa Kira Plastinina también le gusta la moda desde que tiene uso de razón. De niña dibujaba "miles de princesas, cada una con un look distinto", y sus muñecas tenían "un armario en constante renovación". Hasta ahí, nada sorprendente. Lo extraordinario llega cuando, al cumplir los 14, su padre decide regalarle no unos rotuladores nuevos, sino su propia firma con tienda incluida. Claro que si tu padre es el propietario de la mayor empresa lechera de Rusia, el concepto de desproporción queda, como poco, difuminado. Hoy, con 18 años, Plastinina tiene 120 puntos de venta en todo el mundo, ha presentado una colección en la semana de la moda de Milán y la última campaña de su firma está protagonizada por Lindsay Lohan, otra niña prodigio, en este caso del mundo del cine.
En enero, las pequeñas menores de 10 años que Vogue Francia sacó maquilladas y vestidas como mujeres desataron la polémica. Pero ¿es peor que los niños aparezcan fotografiados con aspecto de adultos o que se comporten como tales? ¿Es sano que un negocio dependa de su talento o están simplemente desarrollando sus precoces habilidades como lo hicieran en su momento Marc Márquez, que disputó su primera carrera de motos con cinco años, o Tatum O'Neal, oscarizada a los 10?
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